Toni Cerdá Briz
L’Alcúdia, 1 de agosto de 2022
Una amistad que surge de casualidad y que acaba abrazando la gloria en el fútbol a 11.000 kilómetros de distancia. Parece una historia de película, pero en el COTIF, como en la vida, muchas veces, la realidad supera la ficción. Esto mismo es lo que les pasó a Ethan Tolosa (Alzira, 1990) y a Felipe Núñez ‘Felipao’ (Caracas, 1979) cuando, en este pasado año se proclamaron campeones de la Primera División B de Chile. Una historia de imposibles y muchos kilómetros de distancia con sello COTIF.
Todo comenzó 23 años antes, en 1998. En la cita veraniega por excelencia del fútbol mundial, el COTIF, coincidieron ambos, aunque en diferentes categorías. Ethan participó con la UD Alzira en el Promeses, mientras que Felipe lo hizo con la Selección Nacional de Chile que, a la postre, se coronó campeona de la edición, en el único título de esta categoría que tienen en su palmarés. Allí, Tolosa, que ya tenía una ferviente curiosidad por los entresijos del mundo del fútbol, casi obligaba a sus padres a quedarse a ver la categoría absoluta porque le entusiasmaba admirar a los chilenos. Y, entre todos ellos, Felipe Núñez guardaba un sitio destacado. Era el preferido del joven futbolista de Alzira.
Una de las jornadas Tolosa perdió la vergüenza y le pidió un autógrafo al portero de la selección chilena. Ambos comenzaron a hablar y de ahí surgió un vínculo fuerte. Un recuerdo de felicidad y fútbol que, para la mayoría, son prácticamente lo mismo. Aun así, Núñez volvió a Chile, donde militaba en las filas del Santiago Wanderers. Tolosa, sin embargo, creció siempre al lado del fútbol, aunque su vocación parecía que andaba por otra vía: ‘Me gradué en publicidad y, luego, realicé un master en Buenos Aires. Argentina es un país futbolero hasta la médula, y con todo el fútbol que había respirado desde que era pequeño, no podía no contagiarme del ambiente’, declara Tolosa. ‘Un amigo me llevó al estadio Gigante de Arroyito, de Rosario Central. Nunca nada vi nada igual. La sensación es la de estar viviendo un sueño. Ahí me resurgió toda la pasión por el fútbol que había dejado un poco de lado por mi formación académica’.
Su vuelta a España quedó marcada ya por una idea clara: acceder al curso de entrenador; sin embargo, lo que triunfó fue su faceta como analista de equipos. ‘Realizaba informes a nivel personal y, a veces, se los enseñaba a mi profesor. Un día me dijo que tenían el nivel suficiente para el fútbol profesional. Me dio una oportunidad en el club Unión Adarve, de Madrid, un trabajo que me permitía compaginarlo con la publicidad. Fue analista del equipo juvenil hasta el año 2020, cuando destituyeron a la gente que me trajo al club’. En ese momento, Tolosa tiró de memoria: ‘Unos días después pensé en Felipe y la gran experiencia que vivimos juntos en el COTIF. Le busqué en Twitter, le hablé por mensaje directo y comentamos, además de todo lo que había ocurrido 21 años antes, algunos cortes de vídeo sobre equipos y análisis que yo había hecho previamente. Le encantaron. Tardó poco tiempo en plantearme la posibilidad de unirme a su cuerpo técnico’.
En el primer curso juntos se abrazó la gloria. Por primera vez en la historia, y a falta de dos fechas para el final de la competición, el Deportes Recoleta se proclamó campeón de la Segunda División de Chile, ascendiendo a Primera B y situándose en el techo deportivo alcanzado por la entidad. Sin duda, una sociedad que cosechará muchos éxitos en el futuro y que está marcando la historia deportiva de un barrio entero, el de la comuna de la Recoleta, en Santiago de Chile, que está disfrutando de los gloriosos frutos y la calidad de una amistad forjada a fuego en el COTIF.